martes, 31 de julio de 2012

Breve recorrido por la historia de la L.S.E.


La lengua de signos es una lengua natural que ha existido desde que las comunidades sordas han podido formarse y que se ha asentado cuando éstas se han desarrollado. Su normalización ha estado sin embargo sometida a fuertes dificultades: unas externas, derivadas de la falta de reconocimiento de su valor como lengua natural; y otras internas, especialmente la falta de escritura y -hasta muy recientemente- la falta de uso público.

Desde el punto de vista educativo, los antecedentes de la Lengua de Signos en España no tienen lugar hasta el siglo XVI, ya que es cuando comienza la educación de los niños y niñas sordos. Un gran referente en la historia de esta educación es Fray Pedro de León, que enseñó a hablar a sus alumnos mediante la observación, imitación y repetición, empleando un Sistema Gestual de Comunicación.

Ya en el siglo XVII, Manuel Ramírez Carrión fue preparando a los alumnos y alumnas sordos para integrarlos en la sociedad, utilizando la pedagogía de la época. Es en estos momentos cuando empezamos a hablar de integración del alumnado sordo.

Avanzando en la historia llegamos a un hito pedagógico para la integración de las personas sordas: Lorenzo Hervás y Panduro, en la segunda mitad del siglo XVIII, publica su tratado Escuela española de sordomudos o arte para enseñarles a escribir y hablar el idioma español.

La escuela española producirá obras de relevancia como el diccionario de mímica y dactilología de Francisco Fernández Villabrille, lo que supuso un paso importantísimo para la estandarización de la Lengua de Signos Española.

En España, en el siglo XIX se establecen los primeros colegios para personas sordomudas o ciegas, y se posibilita la institucionalización de la educación de las personas sordas, ciegas y sordociegas.

Es en el  último cuarto del siglo XX cuando se reivindica la Lengua de Signos como un instrumento de comunicación propio de las personas sordas.